martes, 6 de octubre de 2009

Exteriorizar y canalizar

Si bien todos pasamos por momentos de depresión y alegría eufórica, es bastante notable percibir que mientras estés en un estado de sopor y abatimiento, salga a relucir tu mejor lado creativo. Y esto no quiere decir que andemos de depresivos por la vida, (sería una verdadera estupidez que solo existiese gente completamente feliz) sino que aprovechemos esos momentos y los usemos a nuestro favor.

Hace algunos meses, en pleno verano; yo pasé por una pena grande que afectó mucho mi alma y mi interior. No creo que valga la pena detallar una pena de amor, a todos nos pasa, todos nos afligimos, sufrimos, nos culpamos y no vemos la luz en la oscuridad. Actualmente estoy bien, me siento feliz, tuve gente que me apoyó demasiado, amigos, conocidos... ¡hasta mis jefes!, quién lo creería... La cosa es que dentro de un limbo positivo siempre existen recaídas mentales, culpas internas, pensamientos que van y vuelven pero siempre en menor medida con el pasar de los días. Ayer fue un día de aquellos, donde me autoflagelé con lanzas subconcientes y búsquedas inútiles. Pero ¿qué pasó en mí?. Positivamente me rebelé. Suelo rebelarme temporalmente contra aquellas lanzas emocionales y las transformo en material de culto.

Bueno, hay algo que no he contado y que me tiene muy contenta, que es la creación de un grupo musical donde comenzaremos tocando covers para llegar una música propia y con estilo (en otro post comentaré más del grupo).

Siguiendo con la idea inicial, toda esa rabia, toda esa "mierda" comencé a musicalizarla en mi mente. Mágicamente salieron dos frases. Es chistoso; estaba en el baño del edificio de mi trabajo que posee una acústica genial y comencé a tararear las palabras.

Quedé con la idea toda la tarde... pensaba y pensaba, canalizaba, olvidaba.

Llegué a mi hogar, me tomé un té y retomé los escritos. La música salía sola, lo terminé y lo canté. Lo grabé.

Aún me falta terminar una estrofa.

Pero pude canalizar y eso es lo importante. Todos podemos de la manera que queramos, aprovecharnos del dolor y tomarlo a nuestro haber.

Suerte al que lea este artículo y se atreva a aquello.

Saludos cordiales.


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